Este artículo es de Díez Gutiérrez (2015) y también lo incluiré en el mapeo. A lo que hace referencia es a la construcción de la masculinidad y lo relaciona con el sistema educativo. Como indica este autor, existen tres formas de masculinidad. Esta la masculinidad hegemónica, la cual se relaciona con la heterosexualidad y el control del poder de los hombres y a la renuncia de lo femenino para poder mantener el estatus. Esta tiene dos funciones, la primera es la subordinación de la mujer y la segunda, es un grupo de hombres esta socialmente por encima de otros hombres, es decir de las masculinidades inferiores.
Por otro lado, hay otros hombres que ayudan a sustentar este
modelo y es lo que se denomina la masculinidad
cómplice. Les conviene porque se
benefician de las funciones de la masculinidad hegemónica y aspiran llegar a
esta. En los medios de comunicación
social se promociona la masculinidad ejemplar a través de los deportistas, estrellas
de cine y personajes del ámbito público. Los niños admiran este tipo de
hombres.
En el ámbito escolar se socializa a los niños reproduciendo los estereotipos asociados a la
masculinidad hegemónica. Se les enseña a
dominar y controlar a los más débiles (mujeres, niños, niñas y hombres de posición
menor), para mantener su lugar en el
patriarcado. Estos terminan muchas veces con identidades violentas y
defensivas. El papel del docente, es clave
para conseguir la igualdad de género, ya
que influye su percepción de la masculinidad y feminidad.
Además la escuela reproduce los estereotipos que se han asignado socialmente a los niños y
a las niñas. Pues a los niños se les educa para triunfar en el ámbito público,
mostrar sus logros, talentos y ambiciones y se les impide ser afectuosos. A las niñas se les educa para mantenerse en al ámbito
privado y para entregarse y cuidar de los demás. Se les limita para alcanzar su
autonomía y realización personal. También, el deporte se utiliza para formar la
masculinidad hegemónica y esta se impone a la feminidad y a otras formas de
masculinidad. Ya que cuando una persona
no es hábil en los deportes se le rechaza , margina y relega del juego. También los profesores de Educación Física se
relacionan más con el alumnado que cumple sus expectativas en cuanto a la
masculinidad hegemónica.
Los chicos mantienen ciertas conductas y actitudes para jactarse
delante de sus compañeros y para demostrar su hombría. Con esto consiguen ser
aceptados e impresionar a sus compañeros.
De esta forma demuestran los estereotipos asignados a los chicos. Se muestran como hombres viriles y sin emociones. Hacen referencia a las mujeres de forma
sexista y rechazan la homosexualidad. Los hombres homosexuales están mal
vistos, reciben insultos y tienen miedo a mostrar su condición sexual.
El uso sexista del lengua contribuye a perpetuar las
desigualdades sociales, ya que no se tiene en cuenta a las mujeres. Los cargos que ocupan las mujeres y hombres
en el sistema escolar también reproducen los estereotipos de género. El hecho de que no se aprecia a las mujeres
en el contexto escolar contribuye a mantener la masculinidad hegemónica.
Por último Díez Gutiérrez, termina hablándonos de los retos de la educación, superar los arquetipos impuestos femenino y los masculinos, igualmente de las consecuencias que trae consigo reproducir la masculinidad hegemónica
en el sistema educativo, el sexismol la homofobia, violencia de género, etc. Seguidamente propone ideas para terminar con esta masculinidad hegemónica, fomentar la cultura de la equidad y el respeto; incluir en el currículo la educación emocional, y que el profesorado tenga valores que sirvan de ejemplo para el alumnado.
Este es el tipo de masculinidad que debemos fomentar. |
En relación a mi
experiencia personal, cuando estuve en el instituto en mi clase se dio un caso
de un chico que era homosexual, un día uno de sus compañeros le descubrió en
uno de los baños experimentando junto a otro chico su sexualidad. De esto se enteraron otro compañeros que utilizaron lo sucedido para reírse de él,
insultarle e incluso marginarle.
Esto llego a oídos de los docentes y el director del colegio, pero no se
tomaron mediadas, por lo que el joven termino dejando los estudios. Esto tal
como indica Díez Gutiérrez, demuestra las consecuencias de la masculinidad
hegemónica y del papel de la comunidad educativa para que se respeten los
derechos de todos los alumnos y alumnas.
Referencia
Díez Gutiérrez, E.(2015) Códigos de Masculinidad hegemónica en educación. Revista Iberoamericanade Educación, (68), 79-98.
Referencia
Díez Gutiérrez, E.(2015) Códigos de Masculinidad hegemónica en educación. Revista Iberoamericanade Educación, (68), 79-98.
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